domingo, 16 de marzo de 2025

Hace un año

Hoy hace un año que me fui de casa sumida en un mar de lágrimas. De la casa que pensaba que sería la mía toda la vida porque era mi hogar y no quería irme.
Ya desde aquel día aprendí que no se puede dar por hecho nada y que la vida te puede dar un vuelco tan grande que te destroza todos tus esquemas y proyectos.
Así que desde aquel día, con mucho dolor, empecé a dejarme llevar. Y claro que duele, ¿cómo no va a doler?

Durante este último año he aprendido otras muchas cosas, he llorado, he reído, me han acompañado muchas personas a las que sé y he visto cuánto las importo y ellas me importan a mí, he conocido también a muchas otras personas, algunas transitorias y otras que han llegado para quedarse, he empezado a cuidar de mi primero para poder cuidar a los demás, he puesto límites y me he ido de donde sé que no me conviene, he aprendido a vivir totalmente sola y a autogestionarme de la mejor manera, a convivir con la soledad, disfrutarla y a aprovecharla para salir a flote.

Muchas preguntas quedaron sin respuesta pero a día de hoy, ya ni si quiera necesito saberlas. 
Voy avanzando poco a poco, con altibajos, como todos. A veces, la nostalgia me invade de una forma tan profunda que no me apetece salir de la cama, y otros días pienso en todo lo que he logrado sola cuando ni si quiera lo esperaba, lo que me hace seguir levantandome. 

Al fin y al cabo, con el tiempo y con mucho esfuerzo, he florecido y he crecido, ahora soy otra persona, más fuerte y más viva gracias a este aprendizaje impuesto durante este último año.

No hay comentarios:

Publicar un comentario