viernes, 5 de septiembre de 2025

Sola

A veces ya nadie te pide que le avises cuando llegas a casa, a veces ni si quiera alguien sabe si has llegado a casa o no, solo que te has ido de la fiesta. 
Sola sales de casa y sola vuelves. 
Y puedes haber estado acompañada porque conoces mucha gente, hablas con unos, con otros, te vas acoplando de grupo en grupo para intentar disfrutar del espectáculo que querías ver y al que no hubieras ido sola si alguien no te hubiera acompañado hasta allí.
Y está bien poder conocer a gente y poder disfrutar de la fiesta gracias a eso pero por otro lado también duele no tener un vínculo cercano y compatible con el que disfrutar de ello sin tener que estar buscando con quien ir a los sitios, como era antes. 
Estoy aprendiendo a vivir sola y lo estoy consiguiendo, de verdad que si. No tengo problema en volver sola a casa desde la otra punta de la ciudad, tengo seguridad en mi misma para ello. 
Pero nadie sabe si he llegado a casa o no. Y, por mucho que aprenda a ser independiente y vivir y estar sola, la falta de esa parte... Duele. 

domingo, 16 de marzo de 2025

Hace un año

Hoy hace un año que me fui de casa sumida en un mar de lágrimas. De la casa que pensaba que sería la mía toda la vida porque era mi hogar y no quería irme.
Ya desde aquel día aprendí que no se puede dar por hecho nada y que la vida te puede dar un vuelco tan grande que te destroza todos tus esquemas y proyectos.
Así que desde aquel día, con mucho dolor, empecé a dejarme llevar. Y claro que duele, ¿cómo no va a doler?

Durante este último año he aprendido otras muchas cosas, he llorado, he reído, me han acompañado muchas personas a las que sé y he visto cuánto las importo y ellas me importan a mí, he conocido también a muchas otras personas, algunas transitorias y otras que han llegado para quedarse, he empezado a cuidar de mi primero para poder cuidar a los demás, he puesto límites y me he ido de donde sé que no me conviene, he aprendido a vivir totalmente sola y a autogestionarme de la mejor manera, a convivir con la soledad, disfrutarla y a aprovecharla para salir a flote.

Muchas preguntas quedaron sin respuesta pero a día de hoy, ya ni si quiera necesito saberlas. 
Voy avanzando poco a poco, con altibajos, como todos. A veces, la nostalgia me invade de una forma tan profunda que no me apetece salir de la cama, y otros días pienso en todo lo que he logrado sola cuando ni si quiera lo esperaba, lo que me hace seguir levantandome. 

Al fin y al cabo, con el tiempo y con mucho esfuerzo, he florecido y he crecido, ahora soy otra persona, más fuerte y más viva gracias a este aprendizaje impuesto durante este último año.

martes, 10 de diciembre de 2024

A veces duele como el primer día

Algunas veces pienso que no me volveré a enamorar nunca más. 
La herida que me dejó mi primer y último amor está cicatrizando pero siento que eso no me hace olvidar todo el dolor que sentí cuando me hizo daño. 
Siento mucho miedo de abrirme a enamorarme otra vez, a sentir tan fuerte que todo importaba menos. Tengo miedo de volver a confiar en alguien y que eso me haga vulnerable. 
A veces pienso y duele tanto como el primer día. 


domingo, 16 de junio de 2024

Carta de despedida

Hola,
Esta carta te la escribo desde el dolor más profundo de mi corazón. Porque decidí soltar algo que no quería soltar y quiero que sepas porqué lo hice. 
No decidí terminar nuestra relación de 7 años porque no te quiera, precisamente todo lo contrario, porque te quiero más que a nada y sé que si seguíamos no ibas a seguir siendo feliz. 
He dudado mucho de si la infidelidad fue el motivo de la ruptura o si ese hecho simplemente me empujó a tomar la decisión que hace tiempo sabía que tenía que tomar e iba posponiendo. 
Llevaba tiempo sosteniendonos a los dos, y de verdad que lo intentaba con todas mis fuerzas y al principio lo hacía con gusto, pero me empezó a costar mi propia salud mental hasta tal punto que no pude más. 
No podía darte lo que necesitabas y si me quedaba a tu lado, ibas a seguir en el mismo bucle en el que estabas porque yo te daba la comodidad de hacerlo. 
Por eso y porque te quiero con todo mi alma, tuve que soltar, para darte la oportunidad de que puedas encontrarte a ti mismo, aprender de ti mismo y lidiar con tus demonios. Averiguar qué es lo que realmente quieres en tu vida y encontrar tu felicidad en la completa libertad que tanto anhelabas. 
Cielo, lo siento muchísimo, pero está decisión es lo mejor que nos viene ahora mismo a los dos, aunque nos duela el alma y sintamos que una parte de nuestro corazón se ha marchado con el otro. 

sábado, 29 de enero de 2022

El pueblo visto desde la perspectiva de un músico.

 Cuando llegué, apenas había amanecido y en el cielo aún se divisaban las estrellas colocadas entre los rastros que habían dejado las nubes, como si de un pentagrama se tratara. 

Entré a mi casa y escuché el chirrido agudo de la puerta y el crujir de las ventanas a causa de la gran helada que había caído durante la noche. 

Eché madera a la lumbre y mientras ésta ardía, me agachaba y la volvía a echar a un ritmo acompasado. Añadiéndole de vez en cuando el sonido del aire al salir del fuelle, también acompasado para que no se apagara el fuego. 

Salí a sentarme en el banco de hierro de la entrada y ví cómo un tractor se aproximaba al campo de al lado a sembrar de madrugada. El ruido de su motor tenía un ruido constante y grave, y entonces, empecé a escuchar un goteo que caía sobre una chapa al deshelarse los tejados y caer el agua: "tic, tic, tic...".

Este pequeño tintineo acompañaba al ruido del tractor de fondo. 

Poco a poco se iba asomando el sol por el horizonte y comenzaron a abrirse las persianas de todas las casas vecinas, una detrás de otra y alguna de ellas coincidieron en levantarse al mismo tiempo, mezclando así los diferentes tonos que provocaban, unos más graves, otros más agudos, pero siempre acompañando al tractor y al agua cayendo sobre la chapa. En una perfecta armonía formada de la casualidad.

Empecé a notar el frío de la mañana y para completar la armonía de la pequeña pieza que estaba presenciando, me froté las manos y di unas cuantas palmadas. 

Se me hizo corta la mañana, pues ya era hora de preparar la comida y por fín entré al calor y confort de mi casa.

lunes, 8 de abril de 2019

Un 7 de abril cualquiera...

Aunque no tengamos una fecha concreta porque cada día que pasamos juntos hay algo que recordar, me gusta recordar algunas fechas como la del 1 de diciembre, el 6 de diciembre o el 7 de abril, porque me gusta recordar de vez en cuando cómo empezó todo y cómo hemos llegado hasta aquí.
Y es que hace algo mas de dos años que nuestra historia comenzó y no puedo estar más feliz de que esta historia la haya vivido contigo, mano a mano, pasando adversidades y momentos muy felices.
Sé que te lo he dicho un millón de veces, pero quiero decirte una vez más que en este tiempo que llevamos juntos te has convertido en uno de los pilares fundamentales de mi vida, y sé que es mucha responsabilidad para ti, pero confío en todo momento en que contigo estoy en buenas manos.
Y me alegra saber que este último año hemos demostrado ser la pareja luchadora y soñadora que esperábamos ser, demostrándonos ante todo la confianza que depositamos el uno en el otro, demostrándonos que nos tenemos ahí siempre que lo necesitemos, a pesar de tener un mal día o una mala racha, y sobretodo, nos hemos demostrado que ante todo, nos queremos y sabemos que juntos hemos sido, somos y seremos muy felices.

jueves, 25 de octubre de 2018

Rompí la jaula y eché a volar


Llevo toda mi vida perdiendo a gente a la que llamaba amiga, pero no fue hasta hace poco cuando me di cuenta de que no sólo había perdido a gente, sino que me había perdido a mi misma. 
Darme cuenta de eso me dolió mucho más que todas las otras pérdidas juntas. 

Meses antes de darme cuenta, me estaba hundiendo a mi misma, intentando sostener lo que ya era insostenible. 
Me estaba ahogando en mi propio entorno y me entró la necesidad de huir, de escapar de allí. 

Y así es como llegué aquí, a mi nueva ciudad. Lejos de todo. Lejos de mi entorno, de mi zona de confort, de la gente que aún permanece a mi lado, pero sobretodo, lejos de mis fantasmas y de las cuerdas que me ataban. 

Rompí la jaula y eché a volar. 

Cuando llegué aquí venía con la esperanza de conocer gente nueva, de disfrutar, de cambiar mi entorno. 

Pero sobretodo, vine con el objetivo de oxigenarme, de perdonarme a mi misma, de conocerme, de crecer, de encontrarme de nuevo y de quererme. 

El primer objetivo lo conseguí, he conocido a tanta gente que creo que la parte de mi memoria que retiene nombres de personas está a punto de explotar. 
Pero son eso, conocidos. 
El crear vínculos me resulta un trabajo bastante complicado, tras varios años de experiencias fallidas.
Ejemplo de ello, el único vínculo que había conseguido aquí, en menos de dos meses se ha desvanecido como la luz de las farolas cuando amanece. 

Pero por primera vez en mi vida, puedo decir que a pesar de eso, estoy bien. 
Estoy aprendiendo a que me dejen de importar este tipo de despedidas, y estoy aplicando el lema de: "Quien quiera estar, que esté, y quien quiera marcharse, sabe dónde está la puerta."

He aprendido también a no buscar culpables de todo esto, ya no culpo a nadie, y lo más importante, ya no me culpo a mi misma. 

Incluso quizás es lo mejor. 
Quizás estaba confundida y la clave no es intentar querer a personas que no te quieren, sino aprender a quererme a mi misma.