Persiguiendo Sueños
Si has llegado hasta aquí, prepárate para conocer un pedacito de mí.
viernes, 5 de septiembre de 2025
Sola
domingo, 16 de marzo de 2025
Hace un año
martes, 10 de diciembre de 2024
A veces duele como el primer día
domingo, 16 de junio de 2024
Carta de despedida
sábado, 29 de enero de 2022
El pueblo visto desde la perspectiva de un músico.
Cuando llegué, apenas había amanecido y en el cielo aún se divisaban las estrellas colocadas entre los rastros que habían dejado las nubes, como si de un pentagrama se tratara.
Entré a mi casa y escuché el chirrido agudo de la puerta y el crujir de las ventanas a causa de la gran helada que había caído durante la noche.
Eché madera a la lumbre y mientras ésta ardía, me agachaba y la volvía a echar a un ritmo acompasado. Añadiéndole de vez en cuando el sonido del aire al salir del fuelle, también acompasado para que no se apagara el fuego.
Salí a sentarme en el banco de hierro de la entrada y ví cómo un tractor se aproximaba al campo de al lado a sembrar de madrugada. El ruido de su motor tenía un ruido constante y grave, y entonces, empecé a escuchar un goteo que caía sobre una chapa al deshelarse los tejados y caer el agua: "tic, tic, tic...".
Este pequeño tintineo acompañaba al ruido del tractor de fondo.
Poco a poco se iba asomando el sol por el horizonte y comenzaron a abrirse las persianas de todas las casas vecinas, una detrás de otra y alguna de ellas coincidieron en levantarse al mismo tiempo, mezclando así los diferentes tonos que provocaban, unos más graves, otros más agudos, pero siempre acompañando al tractor y al agua cayendo sobre la chapa. En una perfecta armonía formada de la casualidad.
Empecé a notar el frío de la mañana y para completar la armonía de la pequeña pieza que estaba presenciando, me froté las manos y di unas cuantas palmadas.
Se me hizo corta la mañana, pues ya era hora de preparar la comida y por fín entré al calor y confort de mi casa.